No
contesté. Pero sé la razón por la que actué así; su atractivo. Salimos del bar,
dejando a nuestras espaldas el estridente ambiente festivo que allí se daba,
adentrándonos en la oscuridad de la noche. Le conocí dos días atrás, en el
mismo lugar, pero me gustaba. Y mucho. Le invitaría a subir a casa. Tomaríamos
la última copa y… quién sabe si a algo
más. Miré hacia atrás, dos tipos andaban tras nosotros. Nos seguían. ¿Qué
querían? Sentí miedo, y miré a Tom. Él se percató, me cogió la mano y echamos a
correr. La sangre me martilleaba las sienes y comencé a respirar con
dificultad. Volví a mirar. A lo lejos, los dos hombres. Gritaron algo que no
descifré. Pasado un rato, me detuve, sin aliento. Miré en derredor, ni rastro
de los dos hombres. Miré a Tom. Éste sin previo aviso sacó un cuchillo. Avanzó
hacia mí. Su mirada, perdida. Me alarmé. Un disparo rasgó el silencio nocturno.Tom
se desplomó. Allí estaban los dos hombres, mostrándome su placa de policía. Tom
era un asesino al que buscaban hacía tiempo. Yo pude haber sido una de sus víctimas.
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